– Me gustaría pasear contigo por la playa, agarrados de la mano. De vez en cuando pararíamos para ver como el Sol se arropa debajo del mar mientras nos damos un abrazo. Me gustaría desayunar contigo cada mañana, escuchar tu voz cuando llego a casa, sentir tus dedos por mi espalda, llamarte desde el trabajo y preguntarte qué tal estás. Me gustaría ver contigo tus películas favoritas, comer con tus padres los fines de semana y escondernos del mundo bajo las sábanas. Me gustaría mirarte a los ojos y decirte que te echo de menos.- Pensó.
– Hacéis buena pareja, seguro que conmigo no estarías mejor.- Le dijo.