Xoan estaba dándose los últimos retoques delante del espejo cuando su novia lo avisó al timbre.
– Estoy terminando, ahora mismo bajo.
Terminó de ajustarse la camisa y bajó corriendo por las escaleras. Ella le estaba esperando impaciente.
– ¡Hola!
– Hombre, por fin…
– Venga, vamos, que llegamos tarde.
Uno de los amigos de Xoan daba una fiesta en su casa y Xoan y su novia habían quedado para ir juntos. Por el camino ella se mostraba impaciente por conocer a sus amigos.
– ¿Estás nerviosa?
– Un poco, pero bueno, cuanto antes pase esta primera impresión mejor.
– Claro, no te preocupes, ya verás como no es para tanto.
Cuando llegaron, Xoan llamó a la puerta y su amigo le abrió dejando escapar un aire de música que sonaba en el interior.
– ¡Hombre Xoan! ¡Cuánto tiempo! Vaya, veo que no estás sólo… – El amigo se quedó mirándola-. Hola ¿qué tal?
– Sí, viene conmigo, estaremos un rato nada más.- Le explicó Xoan.
– Ya… verás… ¿sabes qué pasa? Mira, ven. – Cogió a Xoan por el hombro y lo llevó a una zona más apartada -. Verás, ella no puede entrar.
– ¿Por qué?
– Mira, no es por mí, es por… ya sabes. Es mejor que no entre.
– Vamos tío, es mi novia. Casi no tiene amigos y quiere conoceros, a vosotros y a… a todos, quiere formar parte del grupo.
– Ya… lo siento, pero si vienes con ella… cero fiesta, Xoan.
Se dio media vuelta y fue junto a su novia.
– ¿Qué pasa Xoan?
– Nada… mejor nos vamos, aquí ya están terminando.
– ¿No podemos pasar?
– No, hoy tampoco nos dejan.
Sentir que los demás te apartan del grupo, de una u otra forma, te deja siempre una sensación de que algo está fallando. Cualquier persona que te da para elegir «o él/ella o yo» te hace cuestionar los valores de su amistad. >Quizás no lo hacen queriendo, pero ninguno se ha preocupado en averiguarlo.>Siempre podrán decir que la culpa es tuya, porque ellos son más.