– Mmmm
– ….
– Oye…
– ¿Sí?
Se posó encima del pecho, para descansar sobre el abrazo.
– Me alegro de que estés aquí.
– No digas eso, no deberíamos habernos visto. Y menos estar así ahora.
– Olvídate de los demás, estamos sólos.
Miró a sus ojos.
– No, no lo estamos.
Se dio la vuelta desatando el abrazo, y se ocultó bajo las sábanas.
¿No lo estamos?