Ven, vámonos, quiero tocarte un Rock’n’Roll con mi gafas de sol.
Olvidarnos de las canciones de mamá y escaparnos de casa para siempre.
Correr por la carretera adelantando a camioneros que nos hacen el corte de manga.
La policía nos persigue y los despistamos perdiéndonos en el desierto.
Detrás de una gasolinera empañamos las ventanas y juntamos nuestros cuerpos duros y maduros.
Vírgenes como ángeles rozando, tocando, pecando, sobando, lamiendo, temiendo…
Hasta el fin del asfalto viajaremos con el Rock en nuestra radio. No necesitamos dinero, tocamos en los bares de carretera. Y nuestra armónica escupe arena caducada.