Aquel día ya estaba llegando a su fin. La noche caía poco a poco sobre la fina arena de la playa, hoy un poco más fría de lo habitual. Xoan estaba tumbado casi en la orilla. Boca arriba y con los ojos cerrados dejándose llevar por el sonido del oleaje y el placer que produce una playa completamente deshabitada.
Hacía bastante años que había estado en aquella posición por primera vez y ahora le gustaba disfrutar recordando todo lo que ha cambiado en su vida desde aquel momento. Cuando era más joven todos sus pensamientos eran dudas sobre su presente y futuro. Qué tal le iría en el trabajo, qué tal le iría con su novia, con sus amigos… Hoy en día todas esas preguntas ya tenían respuestas. A Xoan le encantaba darse cuenta de cómo poco a poco se fue haciendo su vida y se reía al recordar cómo le amargaban las cosas que ahora vé que no tenían tanta importancia.
Cerró los ojos, escuchó las olas de mar, y soñó….
El relax, el descanso y el paso del tiempo. Echar la vista atrás nos puede llevar al pecado de caer en la melancolía, pero seguro que una sonrisa esbozaremos al ver nuestras mayores dudas eran las menos importantes.